La Vampiresa de Barcelona: La Oscura Historia de Enriqueta Martí

Publicado el 19 de enero de 2025, 14:11

Enriqueta Martí Ripollés, conocida popularmente como "La Vampiresa de Barcelona", es uno de los personajes más enigmáticos y macabros de la crónica negra de España. Su figura quedó marcada por el horror, el misterio y los crímenes atroces que se le atribuyen, envolviendo la ciudad condal de principios del siglo XX en un aura de terror que todavía hoy sigue alimentando el imaginario colectivo.

Contexto Histórico y Social

Barcelona, a principios del siglo XX, era una ciudad en transformación. La industrialización había traído consigo un crecimiento económico, pero también profundas desigualdades sociales. Mientras la burguesía disfrutaba de los lujos de la modernidad, los barrios pobres sufrían de hacinamiento, hambre y enfermedades. Este ambiente de contrastes fue el escenario perfecto para que florecieran figuras como Enriqueta Martí, quien, tras una fachada de respetabilidad, se dedicaba a actividades siniestras.

Nacida en 1868 en Sant Feliu de Llobregat, Enriqueta llegó a Barcelona siendo joven en busca de mejores oportunidades. Se casó con Joan Pujaló, aunque su matrimonio estuvo marcado por peleas constantes y acabó en separación. Este fracaso matrimonial marcó el inicio de una vida en los márgenes de la sociedad, entre el crimen, la prostitución y prácticas oscuras que la convertirían en una de las figuras más temidas de su tiempo.

La Doble Vida de Enriqueta

Enriqueta Martí llevaba una doble vida que confundía a quienes la conocían. Durante el día, podía ser vista vagando por las calles de Barcelona vestida con harapos, mendigando y buscando niños en situación de vulnerabilidad. Por la noche, se transformaba en una mujer elegante que frecuentaba los círculos de la alta sociedad, aprovechándose de su apariencia para mantener contactos con la élite barcelonesa.

Sin embargo, su verdadera actividad era mucho más oscura: se sospecha que secuestraba a niños para explotarlos en redes de prostitución infantil o para utilizar sus cuerpos en la preparación de remedios y pócimas que vendía a ricos obsesionados con la idea de la juventud eterna. Se decía que Enriqueta fabricaba ungüentos, cremas y elixires utilizando sangre, grasa y huesos humanos, convenciendo a sus clientes de que estos remedios poseían propiedades curativas y rejuvenecedoras.

El Caso de Teresita Guitart

El 10 de febrero de 1912 marcó el inicio del fin para Enriqueta Martí. Ese día, una niña de cinco años llamada Teresita Guitart Congost desapareció mientras jugaba cerca de su casa en el barrio del Raval. La desaparición causó un gran revuelo en la ciudad, y la búsqueda desesperada de la niña movilizó a la policía y a los vecinos.

Pocos días después, una vecina de Enriqueta, Claudia Elías, notó algo extraño: desde su ventana vio a una niña pequeña en el piso de Enriqueta, que no parecía ser su hija. Alarmada, avisó a las autoridades, quienes irrumpieron en la vivienda el 27 de febrero de 1912. Allí encontraron a Teresita viva, aunque visiblemente atemorizada, junto a otra niña llamada Angelita. Ambas estaban retenidas contra su voluntad.

Los Descubrimientos Macabros

Lo que la policía encontró en el piso de Enriqueta Martí dejó a toda Barcelona horrorizada. En el registro del lugar se hallaron restos humanos, incluyendo huesos calcinados, cráneos de niños pequeños y frascos que contenían sangre coagulada, grasa y cabello. Además, se descubrieron documentos que apuntaban a una red de prostitución infantil y una lista con los nombres de posibles clientes de las élites barcelonesas, aunque estos nunca fueron procesados ni identificados públicamente.

Enriqueta también tenía un diario donde llevaba un registro detallado de sus actividades, incluyendo nombres de niños que habían desaparecido. Este hallazgo confirmaba las sospechas de que había estado secuestrando y asesinando a menores durante años, aprovechándose de su situación de vulnerabilidad.

El Juicio y Muerte de Enriqueta Martí

Enriqueta Martí fue arrestada y encarcelada mientras se preparaba su juicio. La prensa de la época la bautizó como "La Vampiresa del Raval" y "La Bruja de Barcelona", alimentando un morbo colectivo que la convirtió en un monstruo a ojos de la sociedad. Sin embargo, nunca llegó a enfrentarse a un juicio formal. El 12 de mayo de 1913, Enriqueta murió en prisión, presuntamente linchada por otras reclusas que conocían la naturaleza de sus crímenes. Su muerte dejó muchos interrogantes sin responder y un oscuro legado que sigue fascinando y aterrando a partes iguales.

El Legado de la Vampiresa

Aunque Enriqueta Martí se ha convertido en una figura legendaria, no todos los aspectos de su historia están claros. Algunos historiadores y criminólogos cuestionan si fue realmente culpable de todos los crímenes que se le atribuyen, argumentando que pudo haber sido utilizada como chivo expiatorio en una época de tensión social. A pesar de estas dudas, su caso sigue siendo objeto de estudios, novelas, películas y obras de teatro que exploran los límites de la maldad humana y los oscuros secretos de la Barcelona modernista.

La historia de la Vampiresa de Barcelona no solo revela los horrores de los que puede ser capaz un individuo, sino que también expone las desigualdades y carencias de una sociedad que permitió que tales atrocidades ocurrieran. Enriqueta Martí, culpable o no, permanece como un símbolo inquietante de una época en la que el progreso y la oscuridad convivían en las mismas calles.

 

Mi Oscuro Relato.